Durante una charla en una conocida hamburguesería de Barcelona una amiga aportó un
comentario que me pareció de lo más acertado. Los ciudadanos y votantes de hoy, comparativamente con nuestros antepasados, si bien no tienen poruqe ser más inteligentes sí han tenido un mayor acceso a la educación y a la formación. Solo hace falta mirar el porcentaje de universitarios con respecto a una o dos generaciones.Sin embargo, la clase política parece no haberse dado cuenta de esto, y nos siguen tratando a todos como auténticos borregos. Si el pueblo es más culto, ilustrado, formado o simplemente tiene más acceso a la información y puede ser más crítico, ¿por qué los políticos mantienen el mismo discurso (o incluso peor), anacrónico y repetitivo, dirigido a un rebaño de críos que se puede convencer a base de regalar globos, pegatinas y caramelos?
Si la ciudadanía está más formada y documentada, los políticos deberían estar a la altura y ofrecer un discurso inteligente, claro, comprometido, veraz y creíble. Pero probablemente sean ellos quien se ha quedado estacado en el tiempo, y por algo se han dedicado a la política y no a otros menesteres más honrados.
Rec
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