sábado, noviembre 25, 2006

EL SUSTITUTO

Cuando uno se va o lo echan del trabajo pueden pasar cuatro cosas:

a) Que sea sustituido por un perfil muy superior. No conozco ningún caso, pero podría pasar. Esto solamente puede significar una cosa, que las espectativas de la empresa o jefes estaban muy por encima del resultado, y solamente se les ocurre intentar solventar el déficit dándole más entidad al puesto. Al final siempre se puede hacer la lectura negativa.... no estaba a la altura y no podía llegar a estarlo.

b) Que le sustituyan por un perfil similar. Gran error. Cuando el que se va entró en la posición (a no ser que fuera el mes pasado) tenía mucho que aprender, mucho que aportar, un reto que vencer. Si el perfil es igual al que deja el puesto no dejamos recorrido para evolucionar, si la posición estaba madura el nuevo no estará suficientemente motivado y abandonará antes de hora.

c) Que la plaza pase a ocuparla el 'becario'. Es lo más habitual, aunque parezca frustrante para el que se va. Por qué poner a alguien formado si se puede ocupar a alguien que tiene mucho, o todo, por aprender. Estará más motivado y aceptará el reto de medirse a si mismo.

d) Que la plaza quede vacante. Muy común. De hecho, que se elimine la posicion y que el departamento funcione aún mejor. Las funciones que uno desarrollaban se distribuyen entre otros trabajadores, que además no entienden porque andabas tan saturado, y el paso por ese puesto queda totalmente difuminado en la nada.

Al final, cualquiera de las alternativas puede ser interpretada negativamente por el que se va. Mi opinión es que a veces las plazas se cubren más en función de las disponibilidades que no de un análisis minucioso de los requerimientos de la actividad y las habilidades de los candidatos... salvo en épocas de poco trabajo que es cuando se puede elegir. Otro motivo es la elasticidad de los organigramas (término por primera vez acuñado en la historia de las organizaciones empresariales, en google no sale...), especialmente en departamentos relativamente grandes. El tiempo pasa y el servicio o producto debe seguirse sirviendo, aunque temporalmente toque hacer esfuerzos puntuales. Al final las cosas acostumbran a salir, mejor o peor.

Las funciones se redistribuyen, las tareas se reparten, los nuevos empleados son apoyados por los veteranos, en definitiva, la situación no es exactamente la misma que la que deja uno que se va. Es por ello que no debe ser motivo de preocupación si la plaza queda ocupada por un fiera superestar o por un negado y fracasado en otras empresas, lo que importa es mirar hacia adelante, superar la etapa y centrarse en los proyectos futuros.


Rec

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