Hoy he escuchado a muchas personas, autoridades, personalidades y personajillos de la farándula contar lo que estaban haciendo mientras se enteraron del golpe del 1981, y lo más interesante, qué hicieron durante las 18 horas que Tejero y su banda de música ocuparon el Parlamento. Yo lo voy a contar, brevemente, en mi blog.
Tenía 9 años y ese 23 de febrero tenía que mudarme de casa. Nos trasladábamos de un piso de alquiler en la Avda Carlos III a uno también de alquiler en la plaza de la Catedral, con vistas al monumento. Teníamos el piso vacío, todo dentro de un camión de mudanzas. En el comedor la televisión en el suelo, y un colchón en el que nos tumbábamos para ver lo que pasaba.
Cuando nos enteramos de la intentona golpista, mi madre se preocupó, supongo porque sabía lo que podía pasar si eso prosperaba, además de la incertidumbre de que pasará con el traslado, no teníamos nada a nuetro alcance. Yo, sin embargo, no lo percibí con tal temor, no había sufrido ninguna dictadura.
Al final todo acabó bien, se reforzó la democracia (y a mi pesar la figura del rey) y nosotros no nos trasladamos porque el nuevo propietario no dejaba entrar perros en el piso (así de crudo), y por aquel entonces teníamos a Pupas.
Es curioso como cambia el tiempo, ahora sería difícil encontrar a alguien que pueda decir que se muda de un piso de alquiler a otro de alquiler.
Rec
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