Este año ha superado cualquier previsión porque hay un libro, 'El Código Da Vinci', que ha popularizado el museo más de lo que ya lo estaba. Pues este libro lo han comprado 30 millones de personas, que a un precio medio de 20 euros, ha aportado una facturación de

Aunque más de uno no lo considere así, podría decirse que El Código es una obra de arte; pertenece al género artístico literario con una función muy clara, entretener y desestructurar los pilares y creencias de más de uno. Estaremos de acuerdo en que en el Louvre hay muchísimas obras de arte con un valor infinitamente superior al de la obra de Dan Brown. La paradoja amanece cuando datos objetivos relucen que UNA sola obra de arte de dudosa calidad (aunque entretenga) sea un negocio que genere un volumen diez veces superior que uno de los museos con mejores contenidos del mundo, y eso sin entrar en los márgenes que puede ofrecer la edición del libro en comparación con los de explotación del museo.
Como corolario queda pensar que gracias a una historieta se han potenciado y estimulado las visitas al museo, sobre todo a la sala de la Mona Lisa. Es una lección de marketing que más de un gerente de museo podría tomar en consideración, contratar a un novelista bestseleriano de primer órden para que escriba su última historia, que se desenvuelva en el museo como escenario, para facilitar la motivación por el arte de verdad.
REc
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