jueves, mayo 11, 2006

LECCIONES DE UN APRENDIZ. CAP 11.

ATENDER LA DEMANDA

¿Cuantas horas se han perdido desarrollando determinados trabajos sin que al final encajaran con lo que el cliente espera? Normalmente un cliente solicita unos servicios con un objetivo muy claro, un fin que responde a una necesidad. Esto no significa que sea capaz de expresarlo explícitamente, sino que el mensaje puede venir con interferencias. Aquí es donde tenemos que verter toda nuestra concentración y tratar de desgranar cual es exactamente el motivo por el cual nos han convocado y contratado, cuál es la finalidad de nuestra intervención y el objetivo final esperado. Es clave en el futuro desarrollo del trabajo contratado, y en consecuencia, en el éxito o fracaso del mismo.

Una vez se clarifica la demanda es recomendable expresarla en forma concreta, clara y corta al cliente, que debería ratificar nuestro sumario. Entonces ya lo tenemos en nuestro terreno:

-Trabajamos en una dirección definida.
-Se pueden fijar objetivos parciales, siempre orientados a la consecución del objetivo final.
-Es más fácil hacer un seguimiento de la bondad del cumplimento y dilucidar si vamos en la buena dirección
-Disponemos de un ‘leit motiv’ que nos centra cuando fruto de la inmersión en multitud de datos nos dispersamos, llegando a descarriarnos.
-Si hay peticiones o necesidad de modificación de la demanda, tanto el cliente como el proveedor pueden acotar el alcance.

Desde mi punto de vista, entender y atender la demanda nos ayudará a ser mucho más eficientes, aumentar la intensidad de los mensajes transmitidos al cliente, reducir la dedicación a cada tarea concreta pues los objetivos son claros, incrementar la fiabilidad de nuestro trabajo, reducir la improvisación y equivocaciones, y en resumen, ofrecer un mejor producto con un esfuerzo mucho menor.

REC

1 comentario:

Anónimo dijo...

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