miércoles, mayo 10, 2006

LECCIONES DE UN APRENDIZ. CAP 10.

BUENAS NOTICIAS EL LUNES, MALAS EL VIERNES.

Este es un tema práctico, aunque sea discutible su ética. Dejamos este debate para una charla de café una tarde lluviosa.

Empecemos por las malas noticias. Cuando se recibe una la productividad (entendida como la capacidad de producir) se reduce de forma considerable, principalmente en los primeros días después de recibirla. La reflexión y maduración ayudan a que un mensaje negativo se vaya difuminando para abrirnos las puertas de la acción. Es por ello que interponer el fin de semana entre la comunicación de la noticia y el siguiente día de trabajo -salvo que no hablemos de un despido- lamina los efectos de la misma. Además de la afección personal que pueda causar, las noticias de esta índole también crean un ambiente desfavorable en el entorno más inmediato que si es alimentado por la rabia y la incontinencia de los momentos después de recibir la noticia se puede llegar a situaciones de caos y pánico generalizado inexplicable. Sea lunes o viernes el día de la misiva este efecto siempre es posible, pero en menor medida si no tenemos cinco días por delante en los que alimentar el fuego. Pero aquí viene la jugada, el golpe de efecto, el siguiente lunes es conveniente reservar la primera hora para volverse a sentar con el afectado y repasar el mensaje, e intentar plantear una salida desde el punto de vista proactivo. El diálogo tras la reflexión seguro que brindará nuevas perspectivas sobre lo acontecido, alternativas impensadas, ‘nuevos caminos’ que abordar y una maduración de la situación para seguir trabajando en el proyecto común.

En el sentido contrario y resultado de aplicar la lógica más básica, se desprende que una buena noticia comunicada el primer día de la semana laboral mejorará la productividad del receptor, o por lo menos su optimismo. El mensaje se distribuirá con más facilidad entre los demás trabajadores -tiene cinco días- como una mancha de aceite, metafóricamente empapando la empresa de optimismo.

No es necesario que las buenas noticias o malas sean tremendamente buenas o catastróficamente desastrosas. Gracias a los pequeños cambios se van modificando las conductas, y las pequeñas noticias son las que, cuando se difuminan entre el personal, consolidan e impregnan con más intensidad el estilo de los que conducen la empresa. Es por ello que aunque se trate de una pequeña noticia también es recomendable respetar la norma, siempre que su urgencia no lo permita.

Como apunte final, cuando se tiene la amarga tarea de comunicar una mala noticia es recomendable pensar y planificar muy bien la forma en que se comunica, el lugar, las frases, evitar equívocos e improvisaciones, de manera que el mensaje sea claro y conciso, y siempre orientado a la mejora del sistema de trabajo.

Rec

1 comentario:

Anónimo dijo...

Very pretty design! Keep up the good work. Thanks.
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