domingo, noviembre 07, 2010

La visita del Papa

Pues Benedicto XVI ya se ha ido de Barcelona, con una claca miniaturizada y con el mismo mensaje de siempre. Y es que la iglesia católica no evoluciona y no aprende que los valores y principios de la sociedad occidental actual ya no es la misma que durante los dos últimos milenios. Si quieres tener éxito en tu mensaje, los dos refuerzos que más debes repetir hasta el aburrimiento son transmitir miedo y prometer lo máximo. Así te aseguras fieles. Y esto es lo que han venido haciendo durante sin más, amenazar con perder la eternidad, y prometer lo mismo si obedeces. Y les ha funcionado hasta recientemente, pero se empieza a ver el plumero.

Personalmente creo que la solución al problema es muy sencillo. Si la iglesia se centra en cultivar el espíritu de sus seguidores y respeta a quien no quiera estar bajo sus dictámenes, mucha de la oposición existente actualmente desaparecería en el acto. Es decir, mientras se meta en política habrá conflicto hasta el momento en que deje de intentar influir en aspectos que hoy no le deberían ser competentes. En el mundo, Europa, España y Catalunya hay muchísimas religiones y creencias que también tienen normas y formas de vida de los más rocambolesco, pero no son cuestionadas de la misma forma porque solamente atañen a aquellos que las siguen, y no las imponen a los que creen otras cosas (permítanme la palabra 'cosas').

Lo dicho, mientras el ayuntamiento de Barcelona insiste tristemente en justificar y valorar la visita desde el punto económico (ingresos directos por la visita de 25 M€, lo mismo que 3 km de AVE), Roma mantiene su mensaje sin evolucionar, los opositores manifestándose, y la gran mayoría disfrutando de un domingo como los de siempre.

(A mi me gustaba Juan XXIII, aunque no le dejaron llevar su plan a cabo.)

REC